VICENTE ROJO X VICENTE ROJO
VICENTE ROJO X VICENTE ROJO
- El Museo Nacional de la Estampa abrió la exposición con 89 piezas
de seis décadas de trayectoria del reconocido artista gráfico, la cual
permanecerá hasta el 9 de julio
Carpetas y
libros de artista realizadas con las técnicas de litografía, serigrafía,
aguatinta, aguafuerte, zincografía, colografía, así como un óleo, dos acrílicos,
tres gouaches y dos esculturas forman parte de las 89 piezas
que integran Vicente Rojo x Vicente Rojo. Retrospectiva gráfica
1968-2020, exposición que a partir de este sábado 1 de abril el
público podrá apreciar en el Museo Nacional de la Estampa del Instituto
Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), instancia de la Secretaría de
Cultura del Gobierno de México.
La directora
general del Inbal, Lucina Jiménez López, agradeció el compromiso de la familia
del artista para la realización de esta retrospectiva, en la cual se manifiesta
la pasión de un creador tan enorme, como lo es Vicente Rojo, “es la familia
quien preserva honra y se compromete también con esa permanencia de la memoria
viva, constantemente en retroalimentación”.
De esta forma
saludó la presencia de Vicente Rojo Cama -hijo del artista-; así como de sus
nietos Diego Rojo Espinosa; Nora y Mara Sacristán Rojo; de Alejandro y
Mónica Rojo Mediavilla, Ferran y Alonso La Torre Rojo -sobrinos de Vicente
Rojo-; además de destacar el trabajo curatorial de Lilia Prado y del personal
del Munae.
Al reiterar
que este día se cumple con la palabra, señaló que se mantiene viva la obra de
un gran creador que, como pocos, no solo hizo un tránsito cultural
enriqueciendo la vida artística de México, sino que sobre todo hizo un tránsito
por todas las disciplinas por las que fluyó de una manera muy natural.
“Pocos
creadores como él fluyeron precisamente en una transfiguración, desde la
gráfica hasta la escultura, pasando por una revolución tremenda que hizo con
toda una generación para que este país pudiera transitar hacia una modernidad y
hacia una visión muchísimo más libre en términos de la creación artística”,
agregó.
Al lado de la
escritora Bárbara Jacobs -compañera del artista catalán, la titular del
Inbal comentó que, la vida de un artista está siempre acompañada de muchísimas
complicidades, muchísimos sueños compartidos y de muchas maneras de irrumpir en
el mundo del arte, buscando siempre cómo decir aquello que es imposible y eso
fue lo que hizo Vicente Rojo, “hacer que la geometría se convirtiera en un
elemento articulador de una poética libre, en su trazo y en su capacidad de
adelantar que esa geometría, con esas series y formas, adquirieran aquello que
hoy nos emociona”.
Por último,
consideró que con esta exposición de 89 piezas se hace un recuento de la
gráfica y sus tránsitos, como la acción complementaria a la gran retrospectiva
que se hizo en el Museo de Arte Moderno, que también fue una obra y una
encomienda del propio maestro Vicente Rojo.
El director
del Munae, Emilio Payán, expresó que esta exposición es un reconocimiento a
Vicente Rojo, “la gráfica mexicana o el arte de la estampación en México es
inconcebible sin la figura de Vicente Rojo. Este lenguaje, tan arraigado en
nuestro país desciende directamente de las imágenes creadas por José Guadalupe
Posada, Manuel Manilla y Julio Ruelas en el siglo XIX, de la caricatura
política de la prensa en tiempos de la Revolución y, por supuesto, del Taller
de la Gráfica Popular.
“Además del
muralismo y algunos ejemplos aislados, el verdadero arte moderno de México, con
su enorme impacto internacional, estuvo representado por un núcleo de jóvenes
artistas que, de la mano de sus contemporáneos, como los filósofos Leopoldo Zea
y Miguel León.Portilla, los escritores Juan García Ponce, Carlos Fuentes,
Gabriel García Márquez, Elena Poniatowska y Octavio Paz, tuvieron un papel preponderante
en la cultura mexicana de la segunda mitad del siglo XX, Vicente Rojo formó
parte de esta gloriosa generación”.
Esta
exposición se hizo con mucho amor
Por su parte,
Diego Rojo reconoció que esta exposición se hizo con mucho amor “y eso se me queda
claro, el amor a mi abuelo, al arte, a la cultura. Por eso la familia está muy
agradecida” por el apoyo del Inbal, al director y a los trabajadores del Munae,
a la curadora Lilia Prado, entre otros, y dijo: “creo que le hubiera encantado
muchísimo a mi abuelo”.
La curadora de
esta muestra, Lilia Prado Canchola, mencionó que “Vicente Rojo fue un grabador;
gran parte de su producción artística se centra en la gráfica, su forma de
trabajo metódica, sistemática y secuencial, le permitió explorar las diferentes
expresiones de las técnicas que el grabado le ofrecían para desarrollar su
investigación a partir de series”.
Vicente Rojo x
Vicente Rojo. Retrospectiva gráfica 1968-2020, hace una revisión de la obra gráfica del artista,
producción fundamental para la segunda mitad del siglo XX en México y que se
distingue por la elaboración de series, es decir, Vicente Rojo trabajaba un
tema por largo tiempo y exploraba todas las posibilidades y variantes que éste
tenía.
“La
litografía, serigrafia, intaglio, aguafuerte, aguatinta, aguatinta al azúcar,
colagrafía e improntografía les sirvieron como medios de expresión para plasmar
los grandes temas que lo ocuparon durante su vida. Así fue que desarrolló las
series Señales, Negaciones, Recuerdos, México bajo la
lluvia, Escenarios, Escrituras y la que sería su última serie: Jardines.
“Esta
exposición presenta un recorrido cronológico de seis décadas de la producción
gráfica de Vicente Rojo, de los talleres y los impresores con los que trabajó:
Centro de Estudio de Experimentación Gráfica, Taller Intaglio, Tiempo
Extra-Editores, Taller Gráfica Bordes, La Siempre Habana, Taller Blackstone y
Proyecto Grafika 21”, señaló Prado Canchola.
Este trabajo
expositivo, que permanecerá en las salas del Munae hasta el 9 de julio está integrada
por una selección de 89 obras gráficas, entre carpetas y libros de artista
realizadas con las técnicas de litografía, serigrafía, aguatinta, aguafuerte,
zincografía, colografía y, para mostrar las diferentes disciplinas que abordó,
también se exhiben un óleo, dos acrílicos, tres gouaches y dos esculturas. De
estas piezas, 29 de ellas provienen del acervo del Munae, las demás son un
préstamo de la familia Rojo y demás colecciones particulares, puntualizó la
curadora.
El público
podrá apreciar el trabajo del artista a través de núcleos temáticos que
corresponden a seis décadas de trabajo en las que desarrolló las series: Señales,
con imágenes abstractas extraídas de formas geométricas básicas, como el
círculo, el triángulo y el cuadrado; Negaciones, surgida de su
intención de que cada cuadro negara al anterior y al que le seguiría; Recuerdos; México
bajo la lluvia, concebida un día que Rojo vio llover en el Valle de
Cholula; Escenarios , compuesta de miniseries y que deja ver
un repaso de sus temas anteriores y una suma de los mismos en las que integra a
la arquitectura y, por último, Escrituras, compuesta por inventos
de alfabetos.