UNAM OFRECE INFORMACIÓN PARA PREVENIR CATÁSTROFES
UNAM OFRECE INFORMACIÓN PARA PREVENIR CATÁSTROFES
·
Hay que estar
alerta para tomar medidas preventivas y decisiones informadas, ya que eso puede
salvar vidas
Que la temporada de
huracanes sea más activa que el año anterior o haya mayor o menor número de
ciclones tropicales son factores sin relevancia para la población, “lo
importante es estar preparados en caso de que uno de estos fenómenos afecte a
su comunidad. No debemos bajar la guardia”, comenta Jorge Zavala Hidalgo,
director del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC).
Otro elemento
relevante, señala en entrevista, es: “Que aumente el número de ciclones
tropicales en el Pacífico o el Atlántico no necesariamente implica que más
vayan a tocar tierra”.
Para Zavala
Hidalgo, la información sobre los huracanes a la que se tenga acceso es vital.
El ICAyCC la tiene “sobre las condiciones meteorológicas que se esperan con un
horizonte a cinco días, en particular se muestran series de tiempo
(meteogramas) en los que se conjuntan varios pronósticos: de intensidad y
dirección del viento en superficie y en altura, de oleaje, nivel del mar, marea
de tormenta y de lluvia”.
En el ICAyCC,
agrega, “hemos desarrollado sistemas de pronóstico numérico que se usan en el
Servicio Meteorológico Nacional para estimar la intensidad de las tormentas, el
oleaje y las condiciones meteorológicas. También capacitamos, compartimos
información, tenemos nuestros propios sistemas de pronóstico numérico cuya
función es apoyar la investigación y complementan los datos oficiales. En 2017
desarrollamos para el Centro Nacional de Prevención de Desastres varios de los
sistemas de pronóstico que tienen. Ahora debemos actualizar, con las nuevas
posibilidades de cómputo y supercómputo y con desarrollos en términos de
modelos numéricos”.
Toda esta
información está disponible mediante la página del ICAyCC (https://www.atmosfera.unam.mx/) con acceso libre para cualquier persona o institución.
Aunque para Zavala es indispensable estrechar la colaboración institucional,
señala que hay buena comunicación en el ámbito personal. Hay laboratorios que
comparten información con entidades gubernamentales; “por ejemplo, la UNAM
tiene un receptor GOES en el Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra,
ubicado en el Instituto de Geografía, y también el Servicio Meteorológico
Nacional cuenta con una antena receptora. Cuando uno de éstos falla, la
información se comparte”.
Menciona que
se debe estar muy atento, “la gente tiene que identificar el tipo de impacto
que se puede generar en cada región: vientos de tormenta tropical o huracán,
precipitación, desbordamiento de ríos, etcétera. Es muy importante que ubique
los lugares en donde se pueden resguardar o qué acciones se deben tomar en caso
de un ciclón tropical. En los últimos años, varios de los fallecimientos han
ocurrido porque las personas tratan de cruzar un río o una calle que se
convierte en río, o porque intentaron trasladarse a un refugio, pero lo
hicieron tarde y ya está encima el ciclón. Ésta es una recomendación a escala
individual. En el ámbito colectivo, se debe estar pendiente de las medidas
recomendadas por las distintas instancias de protección civil y de gobierno,
que son las que implementan masivamente las políticas de prevención y
salvaguarda”.
Mayor
actividad
El Servicio
Meteorológico Nacional anunció que la temporada de huracanes 2023 tendrá un 30
% de mayor actividad que el año anterior, y entre sus previsiones señaló que en
el Pacífico podrían registrarse entre tres y cinco huracanes de categoría mayor
(3, 4 y 5).
Para Zavala
Hidalgo, “la categoría del huracán, que se refiere a la intensidad de los
vientos máximos sostenidos a una altura de 10 metros sobre la superficie, no
siempre se relaciona con los impactos o efectos que pueda tener. Hay que
dejarlo muy claro. Han habido tormentas tropicales, como Manuel en
2013, cuya cantidad de precipitación asociada fue una de las mayores que se han
registrado y ocasionó deslaves y fallecimientos, por mencionar algunas
afectaciones. No necesariamente genera más daños uno de categoría mayor que uno
de categoría inferior. Y aunque, efectivamente, el viento es una de las
variables que más destrucción causa en el caso de un ciclón tropical, no es la
única y entonces no nos podemos guiar solamente por ese aspecto”.
Jorge Zavala
aclara: “Desde hace algunas décadas surgió esta idea de pronosticar cómo se ve
la temporada. No era más que un ejercicio académico, pero se volvió muy mediático.
Como universidad, tenemos la responsabilidad de presentar un punto de vista
diferente, más informado y que coadyuve a la toma de decisiones, tanto de las
instituciones como de la población”.
A lo que
“debemos estar atentos es a las características de cada región y a los impactos
pronosticados para cada ciclón tropical”, concluye el especialista
universitario.
FUENTE: UNAM