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 ÓPERA LA NIÑA QUE RIEGA LA ALBAHACA

ÓPERA LA NIÑA QUE RIEGA LA ALBAHACA

  • Participa el ensamble Tempus Fugit; Solistas Ensamble con Christian Gohmer en la dirección concertadora; Isaac Bañuelos a cargo de la música y César Piña en la dirección escénica
  • Las presentaciones se realizarán en los teatros del Bosque Julio Castillo e Independencia, los días 23 y 30, respectivamente 

Con la presentación de la ópera infantil La niña que riega la albahaca, Solistas Ensamble de Bellas Artes y la agrupación Tempus Fugit, bajo la dirección concertadora de Christian Gohmer, celebrará el Dia de la Niña y el Niño, con dos funciones que se llevarán a cabo en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque, el domingo 23 de abril a las 12:00 horas, y el Teatro Independencia del IMSS el domingo 30, a las 17:00 horas.

Organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), instancia de la Secretaría de Cultura federal, a través de la Coordinación Nacional de Música y Opera (CNMO), la adaptación operística en un acto y cinco estampas, basada en la obra teatral La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón, de Federico García Lorca (1898-1936), conmemora el 125 aniversario del nacimiento del escritor español.

Su argumento presenta a una niña que riega una planta de albahaca en su jardín, quien es vista por un príncipe, quien le plantea un acertijo para ganar su amor.

Christian Gohmer señaló que se trata de una obra que anteriormente se estrenó en una versión más corta y ahora se presenta en un formato e instrumentación más grande. “Isaac Bañuelos es un gran compositor para música vocal, y trabajamos la partitura y el texto juntos, porque una de las grandes virtudes del maestro es que sabe escribir muy bien para voces y adecuar la acentuación del texto del personaje a la musicalidad y la partitura”.

Es una ópera que tiene una gran complejidad musical y en la que ensamblamos todas las voces dentro de un proceso muy orgánico, porque Solistas Ensamble cada año hace dos óperas de cámara, agregó.

“La música responde muy bien a toda la actividad teatral que sucede en el cuento, y una de las mejores virtudes que sucede en esta ópera es que la música tiene teatralidad y dramaturgia musical intrínseca en la partitura.

“Es la primera vez que hacemos una obra infantil bajo mi dirección y ha sido totalmente otro carácter. Hay que esforzarse mucho para que se entienda todo lo que se dice, está en español, pero se hizo un trabajo muy profundo sobre la dicción, la pronunciación y la comprensión de los textos, de lo que debe ser chistoso o serio. Fue llevar más allá el carácter del personaje, porque si los niños no entienden lo que pasa se pierde su atención”, comentó.

Respecto al trabajo musical realizado dentro la producción operística, el compositor Isaac Bañuelos consideró que el texto de García Lorca es maravilloso y su interés dentro de la ópera se enfoca a las generaciones más tempranas y los niños. “El lenguaje de la ópera es muy rico, porque tiene sonido, imagen y da para todo, es un mega espectáculo.

“Y en La niña que riega la albahaca traté de hacerlo muy simple y reducir todo para que los niños puedan entender el lenguaje. Es una ópera que tiene todas las partes que tendría de una ópera grande, como son la obertura, recitativos o concertantes, pero todas ellas reducidas para un niño”, aseguró.

Mientras que César Piña, director de escena, puntualizó que el texto de García Lorca aporta mucho a la ópera y la música de Isaac Bañuelos está muy bien adaptada. “La ópera quedó genial, da una chispa fabulosa al juego de palabras y equívocos que más pondero, porque es lo que te permite hacer una escena ágil y divertida para los niños. Para mí ha sido un trabajo muy satisfactorio, porque el propio texto y música te guían y fluye uno con toda la emoción.

Subrayó que dentro de la primera lectura de la obra se puede apreciar que es muy inocente, porque presenta el amor de dos jovencitos, y tener un coro de animales, con gallos, perros y un burro implicaba buscarle esa forma, “Para mí tenía sentido, porque García Lorca siempre escribió para los títeres, como los títeres de Cachiporra o esta obra, y el hecho de tener un coro de animales me hizo tratarlos como si fuesen títeres que le dan forma a la obra”.

 

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