NAHLE, RUMBO A LA REVOCACIÓN DE MANDATO
Por Edgar Hernández*
Tras la sonada derrota electoral de la novel gobernadora Rocío Nahle que dio lugar al virtual desmantelamiento de la aplanadora de Morena, sus enemigos -los de casa- enfocan ahora sus baterías a la consulta ciudadana para determinar si conviene que siga o no al frente del gobierno.
La preocupación fundamental de su principal gestor, Manuel Huerta, fundador de Morena, estriba en que en la siguiente elección, la del 2027, se corre el riesgo de que Veracruz se convierta en la primera entidad que abandone el proyecto de la 4T y regrese al camino de la democracia.
Al prácticamente concluir el conteo oficial de la reciente jornada para renovar los 212 municipios -ayer se resolvió Poza Rica el más importante enclave moreno del huachicol- quedó claro el repudio a los candidatos chairos, la aversión al dedazo y lo inadmisible que resulta la imposición electoral a sangre y fuego.
En Veracruz cada día es más evidente el repudio a la corriente fundada por López Obrador quien justamente en estas tierras, sede de la cuarta reserva electoral nacional, sembró el cambio que hoy la ciudadanía repudia.
La Revocación del Mandato es una nueva figura constitucional que eventualmente podría llevar al banquillo de los acusados a la de Zacatecas, quien después de sonada victoria el año pasado que la llevó a la silla embrujada de Palacio de Gobierno, hoy recoge las varas de los cohetones de su efímero triunfo.
Y es que si en 2024 ganó a la mala por 2.1 millones de votos, el pasado domingo 1º de junio tuvo que devolver mas de la mitad de ese capital -solo gobernará para la causa Morena 60 municipios del 212, es decir, 152 ayuntamientos estarán fuera del mandato obligatorio e Nahle- cuarteando así la cimbra del segundo piso de la transformación.
De paso resquebrajó al OPLE al quedar al descubierto la operación de su titular Marisol Delgadillo para “robar las elecciones de Papantla y Poza Rica”, según denuncia pública presentada en las últimas horas por Luis Roberto Carbonell, Coordinador Estatal de Movimiento Ciudadano.
Todo ello sumado al fracaso de la primera Morena pone, no a «Veracruz de Moda», sino una ley olvidada que podría revocar su mandato, es un mandato constitucional que invoca la revisión de su gestión gubernamental para que en caso de que el pueblo bueno no esté satisfecho, la retire del cargo.
Manuel Huerta ha sido muy claro en ello.
La revocación de mandato y consulta popular, aprobadas por el Congreso local el 14 de noviembre de 2019, es una herramienta de participación ciudadana que permite a los votantes expresar su descontento con el desempeño del gobernador y ejercer un control sobre su mandato.
Su resultado es vinculante, es decir, si los ciudadanos votan a favor de la revocación, el gobernador -este caso la señora Nahle- debe ser removida del cargo.
De acuerdo a la ley durante los dos meses anteriores a la conclusión del tercer año de ejercicio constitucional, la ciudadanía interesada en promover dicha revocación podrá reunir una cantidad mínima de las personas incluidas en la lista nominal de electores y proceder.
Con ello los morenos salvarían para su causa la elección del 2027 en donde habrá de renovarse el Congreso del estado y sentar las bases para la sucesión gubernamental del 2030.
Y si bien el hoy senador de la república, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, promotor de esa figura constitucional respira por la herida ya que no acaba de digerir el arrebato que le hizo Nahle con la candidatura a la gubernatura que le tocaba, también lo es el serio tropezón de la mandataria convencida de que gobernar Veracruz era “enchílame la otra”.
Nahle, heredera del dedazo jamás pensó que sus peores jueces serían los de casa, sus contlapaches.
Menos que se le saliera del huacal Huerta quien insiste en que se haga realidad en Nahle el mandato de retirarla de cargo por su deficiente desempeño.
Y es que lo del pasado primero de junio no solo ha sido un fracaso electoral, sino que ha puesto en evidencia a su gobierno lleno de palabras, cero resultados, en donde la criminalidad no cesa, el desabasto de medicinas persiste, la política interior es un fracaso, el turismo es de papel y es muy sospechosa la administración de las finanzas con la gente que trajo de la Ciudad de México.
Acaso por ello sumado al rencor que le guarda el senador Huerta planteó días atrás la posibilidad de que “se pueda realizar una consulta pública en Veracruz para determinar si sigue al frente de la administración pública la gobernadora Rocío Nahle García”.
Todo ello sin contar que siguen pendientes la comprobación de anteriores cuentas de carácter federal que son tres auditorías que realiza en estos momentos la Auditoría Superior de la Federación que nomás no encuentra en que se gastaron 250 mil millones de pesos en una obra, Dos Bocas, que ahí está, como elefante blanco, sin producir petróleo y menos gasolina en la proporción que se prometió de 370 mil barriles diarios.
El saldo, consecuentemente, luego del breve arranque de la administración que encabeza, no le es nada halagüeño.
Veremos.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo