Cultura

MUJERES, MÁS VULNERABLES A LOS RAYOS CÓSMICOS

·      Los científicos exploran alternativas para reducir riesgos al llevar a las primeras astronautas a nuestro satélite natural, señala Julieta Fierro Gossman, en ocasión del Día Internacional de la Luna, a celebrarse el 20 de julio

 

El proyecto estadounidense Artemisa, de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), que planea llevar a las primeras mujeres a la Luna, enfrenta el reto de que nosotras somos más susceptibles a los rayos cósmicos, radiaciones que producen el Sol y otros objetos del Universo, partículas de muy alta energía que pueden dañar nuestro sistema reproductivo; no solo el pecho, el útero, sino también los riñones y el hígado, afirma en entrevista la científica universitaria Julieta Fierro Gossman.

 

La investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM precisa que con el propósito de evitar afectaciones se piensa colocar un campo magnético alrededor de las sondas tripuladas. Ello impedirá que los rayos cósmicos, en particular durante los largos viajes a Marte, produzcan mutaciones en los seres vivos.

 

En ocasión del Día Internacional de la Luna, que se celebra el 20 de julio, considera que la idea del proyecto, encabezado por la NASA, es muy audaz: consiste en enviar un módulo que esté en órbita alrededor de la Luna, que paulatinamente se amplíe hasta que sea una estación espacial en forma, más pequeña que la Estación Internacional, pero con componentes de tecnología más moderna.

 

En este contexto externa: “la misión Artemisa colocará hábitats cerca del Polo Sur de la Luna, porque ahí hay cráteres de impacto donde han caído cometas, los cuales son muy ricos en agua. Llevar un kilo de cualquier materia al espacio requiere una tonelada de combustible. El agua es fundamental, se empleará no sólo para consumo humano, sino para cultivar plantas en invernaderos, las que producirán oxígeno y comida. Además, el agua se puede descomponer con la energía de paneles solares en oxígeno e hidrógeno, y con ellos crear combustible para realizar los viajes de la Luna a la estación espacial y de allí a la Tierra”.

 

En el proyecto de la NASA participan tres instituciones asociadas: la Agencia Espacial Europea; la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón; y la Agencia Espacial Canadiense. El nombre Artemisa es en honor de la diosa griega (Diana para para los romanos) de la caza, los animales salvajes, los nacimientos, quien alivia las enfermedades, etcétera. El objetivo de esta misión es la exploración robótica de la Luna para conocer sus condiciones geológicas con mayor precisión.

 

Artemisa no es la única misión que enviará humanos a la Luna, la china Chang’e (en referencia a la diosa lunar) del Programa Espacial Chino, envió un robot al lado oscuro de la Luna, el que vemos desde la Tierra. Entre otras hazañas se descubrieron rocas en forma de perlas, producto de los impactos de meteoritos y cometas, las cuales pueden ser una fuente de agua.

 

La Luna es 50 veces menor que la Tierra; los derrames de lava que presenta la superficie no surgieron de volcanes, sino de grietas en la superficie, que cubrieron algunos de los inmensos cráteres de impacto, puntualiza Fierro Gossman.

 

Las fases de la Luna son los días y noches de la Luna vistos desde la Tierra. Los astronautas que se instalen en el polo sur lunar tendrán problemas de ubicación temporal, ya que están habituados a los ritmos de días y noches terrestres, y allá no los habrá.

 

Cabe recordar que la Organización de las Naciones Unidas declaró el 20 de julio como Día Internacional de la Luna, a través de la resolución 76/76 sobre “Cooperación internacional en la utilización del espacio ultraterrestre con fines pacíficos”, en 2021.

 

De acuerdo con la página electrónica del organismo el objetivo es rememorar el aniversario del primer alunizaje del ser humano en la Luna como parte de la misión Apolo 11, así como celebrar los logros de los estados en la exploración de este satélite natural y crear conciencia pública sobre su exploración y utilización sostenible.

 

 

FUENTES: UNAM

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