LOS SABERES DEBEN ALINEARSE CON SOLUCIONES A LAS DESIGUALDADES: LOMELÍ
- El rector subrayó que los dos subsistemas de la investigación de la UNAM, junto con las escuelas y facultades, publican el 25 por ciento de los artículos científicos de los académicos mexicanos
- Participaron también Miguel Armando López Leyva, Soledad Funes Argüello, Mari Carmen Serra Puche y José Sarukhán Kermez
Ciudad Universitaria, CDMX, 18 marzo 2025.- El futuro de la investigación debe consolidarse desde el compromiso social, porque los nuevos saberes deben alinearse con la búsqueda de soluciones a las desigualdades, la defensa de los derechos humanos, la sostenibilidad ambiental y el fortalecimiento de la democracia, afirmó el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas.
El diálogo y la cooperación entre disciplinas son herramientas indispensables para afrontar los desafíos que se perfilan en el horizonte, agregó al presidir el acto conmemorativo por los 80 años de las coordinaciones de la Investigación Científica y de las Humanidades, y planteó que el futuro de la investigación en esta casa de estudios debe consolidarse sobre tres ejes:
En la inter y la transdisciplina -ya que los problemas contemporáneos no pueden resolverse desde un solo enfoque-; en la innovación -aprovechando desde un paradigma ético y normativo instrumentos como la inteligencia artificial, la biotecnología y la computación cuántica-.
También desde el compromiso social porque los nuevos saberes deben alinearse con la búsqueda de soluciones a las desigualdades, la defensa de los derechos humanos, la sostenibilidad ambiental y el fortalecimiento de la democracia.
En el auditorio Alfonso Caso, en el que estuvieron los exrectores José Sarukhán Kermez, Francisco Barnés de Castro y José Narro Robles, Lomelí Vanegas señaló que hablar de las Coordinaciones es referirse a logros materializados que han definido la historia académica y social de México.
“Sus investigaciones y propuestas han sido determinantes en la conservación de especies en peligro de extinción, la mitigación de desastres naturales, el desarrollo de vacunas y el diseño e implementación de políticas públicas.
“También han abonado a la comprensión de los movimientos sociales, los procesos democráticos, la migración, la pobreza, la desigualdad y el analfabetismo, así como la reflexión crítica en torno a fenómenos globales como las crisis socioambientales, los conflictos geopolíticos y la revolución tecnológica”, dijo.
El rector Leonardo Lomelí recordó que la Ley Orgánica de la Universidad, de 1945, consolidó en gran medida la autonomía universitaria, otorgándole la capacidad de autogobernarse, definir sus planes de estudio y administrar sus recursos. Así sentó las bases de ambas Coordinaciones para estructurar y acrecentar la investigación, asegurando que el conocimiento generado en la UNAM respondiera al espíritu de cada época y al florecimiento del pensamiento libre y crítico.
“Son mucho más que estructuras académico-administrativas: han sido pilares de un modelo universitario que comprende y practica la interdependencia del conocimiento”, aseguró.
El rector destacó que actualmente el Subsistema de Humanidades está conformado por 33 entidades, nueve programas, siete centros, 11 institutos, dos unidades y cuatro museos. Su presencia se extiende desde la Ciudad Universitaria hasta Chiapas, Michoacán, Morelos y Yucatán.
En el último año se registraron un total de 784 investigadoras e investigadores en el Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII). Además, entre 2015 y 2024 han publicado más de ocho mil 500 artículos en revistas nacionales e internacionales, 12 mil capítulos en libros y cinco mil libros completos, y se han desarrollado más de 23 mil proyectos de investigación.
En tanto, el Subsistema de Investigación Científica cuenta con cinco programas, seis centros, 25 institutos, 21 servicios nacionales y dos buques de investigación oceanográfica. Su infraestructura, más allá de Ciudad Universitaria, se amplía en diversas regiones del país, incluyendo Baja California, Jalisco, Sonora, Veracruz y Quintana Roo.
Estos centros e institutos contaron, en el último año, con más de mil 800 investigadoras e investigadores adscritos al SNII. De 2015 a 2024 sus integrantes han escrito casi cinco mil capítulos en libros, mil 400 obras completos y poco más de seis mil 400 reportes técnicos, además de llevar a cabo más de 30 mil proyectos de investigación. También produjeron más de 40 mil artículos en revistas internacionales y tres mil en revistas nacionales.
“Cabe destacar que ambos subsistemas contribuyen, junto con nuestras escuelas y facultades, al 25 por ciento de los artículos científicos publicados por académicos mexicanos”, reiteró el rector.
Ante el presidente en turno de la Junta de Gobierno, Juan Alberto Adam Siade, y demás integrantes de este cuerpo colegiado; así como extitulares de las coordinaciones de la Investigación Científica y de las Humanidades, el rector aseveró que la Universidad Nacional debe seguir siendo el espacio donde las preguntas se multiplican y las respuestas trazan nuevas formas de entender la experiencia humana, en plena consonancia con un espíritu universitario que sigue apostando por la libertad y la autonomía.
Pensar y planear el futuro
Previamente, la coordinadora de la Investigación Científica, María Soledad Funes Argüello, explicó que durante ocho décadas esta Coordinación y su consejo técnico han moldeado el rostro de la producción académica en la UNAM y en muchos aspectos, han determinado el desarrollo de la ciencia en nuestro país.
A partir de su creación en 1945 han sido testigos y protagonistas de una constante transformación, desde el México de la posguerra hasta la actualidad, han dotado de estructura coherente al conocimiento, han transitado por cambios y crecimientos como la expansión de los institutos y centros, la creación de redes de trabajo con otras instancias, la generación de nuevas disciplinas y enfoques transdisciplinarios.
A su vez, el coordinador de Humanidades, Miguel Armando López Leyva, resaltó que la celebración por la creación de esta dependencia se da en el tiempo en que las y los universitarios pensamos y planeamos el futuro de la institución, con incertidumbre, pero también con la confianza que brinda la identidad enclavada en la autonomía, en la responsabilidad con la sociedad y en la libertad para enseñar y conocer.
“En tiempos como los que vivimos -cruzados por tensiones y sin razones- tenemos la oportunidad de brindar alma y espíritu a nuestra existencia, así como certezas mínimas acerca de lo que acontece de forma vertiginosa. En esa perspectiva las humanidades y las ciencias sociales son fuente de primera mano para el desarrollo pleno de esta Universidad, que desde su origen estuvo llamada a ser uno de los referentes en la producción y transmisión del conocimiento de nuestro país y en América Latina. Hoy, refrendamos el compromiso para que lo siga siendo”, manifestó.
La excoordinadora de Humanidades, Mari Carmen Serra Puche, coincidió en que la investigación en estas áreas ha dejado de ser ajena a las otras ciencias, pues la tendencia actual es la integración de conocimientos, la disolución de fronteras disciplinarias, junto con la aparición de nuevos campos de saber.
“México, su conciencia, su memoria, su cultura ya no se pueden explicar por sí mismos sino por su pertenencia a un mundo de un acelerado proceso de integración”, indicó.
En tanto, el exrector y excoordinador de la Investigación Científica, José Sarukhán Kermez, expresó que su experiencia en el Consejo Técnico de este subsistema ha sido una de las más enriquecedoras.
Remarcó que la fortaleza de este descansa fuertemente en el análisis y exigencia académica seria que se realiza entre pares, y que ha sido un principio que le ha dado contenido y calidad al trabajo que se realiza.
Al acto asistieron diversas autoridades, entre ellas: la secretaria General de la Universidad Nacional, Patricia Dolores Dávila Aranda; la secretaria de Desarrollo Institucional, Tamara Martínez Ruíz; el coordinador de Relaciones y Asuntos Internacionales, William Lee Alardín; y el coordinador de Proyectos Especiales, Néstor Martínez Cristo.
FUENTE: UNAM