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‘LAS HERMANAS VALS’, UN THRILLER EXISTENCIAL EN ESCENA

Francisco Morales

Agencia Reforma

Ciudad de México 14 noviembre 2024.- Dos hermanas, confinadas en los separos de una estación de policía, afrontan una acusación de gravedad: el atropellamiento de una ciclista en una solitaria carretera durante la madrugada, para luego darse a la fuga.

 En un cuarto contiguo, sin contacto con las implicadas, el único testigo potencial del hecho sostiene un extraño –pero profundo– diálogo con la cámara de seguridad que lo observa.

 Con esta intriga en desarrollo es que comienza la obra de teatro Las hermanas Vals (Falsedad), una pieza de enorme tensión y suspenso escrita por la multipremiada dramaturga neerlandesa Lot Vekemans (1965).

 «Es un thriller, un thriller existencial súper apasionante», define en entrevista Pilar Boliver, directora de la obra que se encuentra actualmente en cartelera en el teatro La Capilla.

 «Ahí está el thriller: saber si ellas fueron o no, entonces ahí es donde todo el tiempo en la obra la gente está de ‘¿Sí? ¿No?’, y eso dramatúrgicamente está súper bien llevado», abunda.

 El componente existencial está dado por la relación entre las hermanas, Kat y Sis, dos actrices que tomaron caminos distintos en sus carreras y que, conforme pasan las horas de encierro, comienzan a dejar salir nuevos y viejos rencores.

 «Una es actriz de teatro y la otra empezó como actriz de televisión y ahora es una muy conocida figura dentro del mundo del espectáculo, muy famosa», plantea Boliver.

 «Las disertaciones que hacen sobre el mundo del espectáculo, el mundo de la televisión, contra el mundo del teatro, sobre qué es verdad, qué es mentira, qué es enajenante, qué no lo es entonces ahí tienen un pique muy fuerte las hermanas».

 Interpretadas por Talía Marcela y Ana Karina Guevara, las hermanas riñen, a menudo con tintes de humor negro y sarcasmo, para imponer su visión del mundo.

 «La que pertenece al mundo del teatro va por la vida con un pecado de soberbia impresionante, despreciando todo lo que no sea artístico o teatral, y la otra va tratando de defender que ella trabaja, y trabaja mucho, y que no tendría que ser un medio que desprecie tanto», señala la directora.

 Así, mientras una de ellas lucha contra el alcoholismo que la ha alejado de su carrera, y la otra con la noción de que su vida es frívola, ambas se abalanzan hacia la otra con la ferocidad que suele acompañar las relaciones fraternales conflictivas.

 El contrapunto de esta pelea ocurre del otro lado de la pared, donde un biólogo celular únicamente identificado como GE, interpretado por Constantino Morán, tiene sus propias disertaciones existenciales.

 «Él es el único testigo de lo que pudo haber sucedido, pero no sabes quién dice la verdad y quien miente, y a la par están las dos hermanas en los separos, enfrentándose como fieras a su pasado, a su presente, a su relación de hermanas», expone la directora.

 «Y es ahí donde el ADN, puesto que tenemos al biólogo celular, el ADN plantea de dónde venimos, quiénes somos, si venimos de los mismos padres y somos tan diferentes, o somos tan iguales, ¿quién dice la verdad y quién miente?».

 GE, un científico que llegó a ser prominente en su campo, pero que se retira de la sociedad para volverse un paria, llega a levantar sus propias sospechas por las circunstancias en las que, presuntamente, atestiguó el atropellamiento.

 «Yo creo que sufre una gran decepción de la humanidad y por eso su constante ver, su constante observar es a estas dos hermanas que están en pugna, es como decir: ‘Son mis dos células’ que constantemente él está revisando, y habla constantemente de la percepción, habla del ADN, pero todo en un matiz muy fuerte», caracteriza.

 «Él es un ser muy dolido, muy maltratado por la sociedad misma, y por darse cuenta de que los seres humanos somos, no quiero decir que seamos unas basuras, pero muchas veces como sociedad reaccionamos muy mal y, ¿cuál es el primer núcleo social? La familia».

 El diseño de escenografía, también de Boliver, encierra a los protagonistas no en el entorno realista de los separos en la estación de policía, sino en un ambiente que se asemeja más a una caja de Petri.

 «Estás viendo a estos especímenes fagocitarse, reproducirse, ver la supervivencia del más fuerte, entonces, en ese sentido, este espacio se vuelve la contención absoluta de los personajes», ilustra la directora.

 Con funciones los sábados, a las 18:00 horas, hasta el 14 de diciembre, Las hermanas Vals (Falsedad), permite a los espectadores escrutar a esos especímenes y decidir, en este thriller existencial, quién o quiénes son culpables del crimen cometido.

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