FRANCISCO: ES TAN HERMOSO AYUDARNOS LOS UNOS A LOS OTROS
FRANCISCO: ES TAN HERMOSO AYUDARNOS LOS UNOS A LOS OTROS
El Santo Padre presidió
la misa In Coena Domini (de la Cena del Señor) en la cárcel de menores de Casal
del Marmo, ubicada en la periferia romana. Volvió a este lugar diez años
después de su última visita, que fue en 2013, a quince días de su elección. Hoy
lavó los pies a doce reclusos de distintas nacionalidades, etnias, culturas,
lenguas y confesiones religiosas, recordándoles que con este gesto Jesús nos
enseña la nobleza del corazón.
Sebastián
Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
(Última
actualización: 06.04.2023, 20:18)
“Llama
la atención cómo Jesús, justo el día antes de ser crucificado, hace este
gesto”. Así se refiere el Papa Francisco al lavatorio de los pies durante la
santa misa de la Cena del Señor que presidió en la tarde de este Jueves Santo,
6 de abril, en la cárcel de menores de Casal del Marmo, situada en las afueras
de la capital italiana.
Regresó
a este centro penitenciario diez años después de su primera visita, que fue
quince días luego de su elección. A lo largo de su Pontificado, Francisco ha
concurrido, el día que comienza el Santo Triduo Pascual, a lugares simbólicos
de sufrimiento, como centros de refugiados, de acogida y atención a enfermos o
jóvenes desamparados. Una tradición que Jorge Mario Bergoglio siempre mantenía
como arzobispo de Buenos Aires, asistiendo a sitios en medio de las “periferias
existenciales”.
En la
capilla de la prisión había unas 100 personas. Los internos eran unos 50 chicos
y chicas, de entre 14 y 25 años.
En una breve homilía
improvisada, sin papeles y hablando desde lo profundo de su corazón, el Sucesor
de Pedro explicó que, en la época de Jesús, lavarse los pies era una costumbre
al entrar en una casa, pues las calles eran polvorientas.
“Pero, ¿quién lavaba los pies?”,
preguntó. Y contestó: “Los esclavos, los esclavos, porque era trabajo de
esclavos. Imagínense el asombro de los discípulos cuando vieron que Jesús
empezaba a hacer esto de un esclavo”. En el caso de Jesús, hizo esto para hacer
entender el mensaje del día siguiente, de que moriría como esclavo, para pagar
la deuda de todos nosotros, observó.
Según el
Obispo de Roma, si escucháramos estas cosas de Cristo, “la vida sería tan
hermosa porque nos apresuraríamos a ayudarnos los unos a los otros, en vez de
como nos enseñan los listos a engañarnos los unos a los otros, a aprovecharnos
los unos de los otros”. En contraposición con esta mentalidad, el Papa dijo que
“es tan hermoso ayudarnos los unos a los otros, tendernos una mano”, porque
“son gestos humanos, universales, que nacen de un corazón noble”. Y, en esta
línea, el Pontífice acotó que “Jesús hoy, con esta celebración, quiere
enseñarnos esta nobleza del corazón”.
“Cada uno de
nosotros puede decir: ‘Pero si el Papa supiera las cosas que tengo dentro…’.
Pero Jesús las sabe, ¡y nos quiere tal como somos! Y nos lava los pies por
todos nosotros”, añadió el Papa.