EMPRENDE GIRA POR MÉXICO FILARMÓNICA JUVENIL DE BOSTON
Erika P. Bucio
Agencia Reforma
Ciudad de México 10 junio 2025.- A sus 86 años, Benjamin Zander lleva más de medio siglo enseñando a jóvenes músicos.
La filosofía del director británico es que se puede enseñar la música sin jerarquías ni humillaciones para forjar no sólo artistas sino líderes.
Ese pensamiento describe a la Orquesta Filarmónica Juvenil de Boston (BPYO), que cofundó hace 13 años como un centro de formación gratuito para músicos de entre 13 y 21 años, y con la cual alista una gira por México.
«No competimos. No culpamos», dice Zander, quien conserva la energía de un joven director, pero mezclada con la sabiduría acumulada al trabajar con varias generaciones.
«Llevo más de 55 años dirigiendo orquestas juveniles en Boston», asegura. «Fundamos la BPYO como parte de la Boston Philharmonic. Queríamos crear un entorno donde los jóvenes no sólo tocaran música al más alto nivel, sino que se formaran como seres humanos íntegros, con algo qué ofrecer al mundo».
Desde sus inicios, la agrupación fue concebida como algo más que una sinfónica. La premisa: moldear líderes del futuro a través de la música.
«Cada semana practicamos los principios de la posibilidad», explica Zander, en referencia a la filosofía que desarrolla junto a Rosamund Stone Zander, su esposa, en su libro The Art of Possibility (2000), traducido a 27 idiomas.
Allí plantea que «dar una A» no es una calificación, sino un acto de confianza: «Es decirle al joven: ‘Ya eres excelente. Ahora, actúa como tal'».
«Son prácticas simples, pero difíciles. Cada ensayo es una oportunidad para entrenar no sólo la técnica musical, sino la capacidad de escuchar, colaborar, responder al otro».
Cada sábado, durante cuatro intensas horas, los más de 100 integrantes de la BPYO se reúnen para ensayar.
«Llegan con la cabeza en las tareas, las competencias, el estrés cotidiano. Pero la música los eleva. Al final del ensayo, caminan como si flotaran», dice. «Un científico que vino a observarnos dijo: ‘Esto es un milagro’. Y tenía razón».
Zander concibe de una manera distinta la figura del director de orquesta. No hay regaños, ni gritos, ni humillaciones públicas.
«Nunca hago sentir mal a alguien por equivocarse. Si hay un error, digo: ‘¡Qué fascinante!'», comenta: «Porque se aprende más del error que del acierto. La música no es una competencia, es una colaboración. Y el poder del director no está en imponerse, sino en hacer poderosos a los demás».
Cita con frecuencia una frase que resume su filosofía: «El poder es como el estiércol: funciona mejor cuando se esparce».
En sus ensayos priva una atmósfera relajada.
«Cuando todos los ojos brillan, sé que estamos haciendo las cosas bien. Si no brillan, me pregunto: ‘¿Qué estoy haciendo yo para que no brillen?'».
Este mes, la BPYO llegará a México con una gira sin precedentes de 16 días por León, Boca del Río, Xalapa, Puebla y Ciudad de México, con presentaciones en el Palacio de Bellas Artes y la Sala Nezahualcóyotl.
Cada gira internacional supone un desembolso astronómico: 120 músicos y 10 adultos viajan sin pagar nada. Aun así, para Zander, es una parte esencial del proyecto educativo. No sólo ofrecerán conciertos sino que colaborarán con músicos mexicanos.
«Tienen que salir de su entorno. Conocer otras culturas, probar otras comidas, ver cómo camina la gente, cómo se miran, cómo se aman. Son cosas que no se aprenden en libros ni en una película. Hay que estar ahí».
En el programa destaca la Sinfonía No. 6 de Gustav Mahler, un compositor esencial en el repertorio de la orquesta. Tocaron la Sinfonía No. 5 en Viena, Berlín y Hamburgo, la No. 4 en Grecia y la No. 2 en Sudáfrica.
«Yo hablo Mahler como tú hablas español», asegura Zander: «Es mi lengua materna. Cuando dirijo, mi cuerpo entero comunica el fraseo, la intensidad, los matices, la emoción».
Pero la hazaña va más allá de interpretar una obra tan «compleja, intensa y oscura».
Durante su paso por México, músicos de la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata (OJUEM) de la UNAM, dirigida por José Areán, y de la BPYO tocarán juntos tanto en León como en la Ciudad de México, interpretando a Mahler.
«Tendrán un ensayo antes del primer concierto (en León, el 16 de junio). ¿Es riesgoso? Claro. Pero no estoy preocupado en absoluto. El lenguaje de Mahler será nuestro puente».
También tendrá un intercambio musical y ofrecerá un concierto con músicos del Instituto Superior de Música Esperanza Azteca de la Ciudad de Puebla.
Pero, ¿por qué Mahler?
Porque en su música cada instrumento tiene una voz individual. Cada voz en la orquesta es como un personaje en una novela, con su propio carácter. Luego, cuando se unen en una textura inmensamente compleja, es muy emocionante. En una ocasión, la cuarta flauta me escribió: «Me siento la persona más importante en el escenario». Eso no pasa con cualquier compositor.
¿Por qué dedicar más de medio siglo a formar músicos jóvenes?
Porque es el trabajo más gratificante. Con una orquesta profesional, como director huésped, das un concierto y te vas. Con los jóvenes, los ves crecer semana a semana. Y no sólo como músicos, sino como personas. Es un trabajo de amor. No cobro por hacerlo. Todo lo recaudado se invierte en ellos. ¿Qué podría ser más importante que el desarrollo de un ser humano?
Con una risa ligera, Zander añade: «La naturaleza es maravillosa. Pero ver crecer a un joven Eso es aún más asombroso».
La gira por México será, según él, la última de su trayectoria.
«Tengo 86 años. No voy a volver. No se puede dirigir orquestas para siempre. Es la última vez. Quiero que todos los asientos estén llenos, que haya alegría, lágrimas, miedo, coraje, emoción abrumadora… Quiero que el público no se pierda esta experiencia irrepetible».
Toma nota
La gira de la Orquesta Filarmónica Juvenil de Boston en México tendrá las siguientes escalas:
– 14 junio: León, Guanajuato / Teatro Bicentenario.
– 17 junio. Boca del Río, Veracruz / Foro Boca.
– 19 junio. Xalapa, Veracruz / Centro Cultural Tlaqná.
– 21 junio. Ciudad de México / Palacio de Bellas Artes.
– 23 junio. Ciudad de Puebla / Auditorio de la Reforma.
– 26 junio. Ciudad de México / Sala Nezahualcóyotl.