Opinión

DANIELA GRIEGO CEBALLOS

Uriel Flores Aguayo

Expresar públicamente una postura política, argumentarla y conversarla o debatirla es lo más correcto y sano en estos tiempos. Es posible y positivo anunciar la intención personal del voto para el próximo domingo. Me refiero a Xalapa. Es un acto transparente que sirve de referencia para círculos familiares, amistosos y sociales en general. El sustento son las razones. Antepongo como guía principal a la persona, más allá de los partidos. Es lo realista y lógico. Mi voto es para Daniela Griego Ceballos, a quien escojo y prefiero como mi próxima autoridad municipal. Son exageradamente pocas las presidentas que hemos tenido en Xalapa. Hacen falta y vienen bien en este momento político tanto estatal como nacional. Son otros tiempos, damos un salto civilizatorio y abrimos el terreno para mayor sensibilidad y tolerancia al optar por una mujer como Alcaldesa. Mis respetos a las candidatas y candidatos que completan el cuadro de las opciones a elegir en Xalapa; tienen sus méritos y deben encontrar un buen lugar en la política municipal y estatal.

El perfil de Daniela, es idóneo y oportuno para estar al frente del Ayuntamiento xalapeño: sus antecedentes ideológicos y políticos están en la militancia social y democrática, como integrante de organizaciones sociales; ella proviene de la izquierda social y universitaria. Tiene identidad. Ha sido legisladora, consejera electoral y funcionaria estatal. Goza de prestigio auténtico, posee buena imagen y ha dado muestra de sobrada capacidad para atender bien la problemática de un área tan delicada como son las pensiones en Veracruz. Hay un dato poco conocido de ella: ocupa la misma casa donde ha vivido desde antes de tener cargos oficiales; son cualidades que no presume y sobre las que nunca hace demagogia; no es, por tanto, una política tradicional, de poses, como aquellos que se vuelan y asumen comportamientos de nuevos ricos. Ella es diferente. Fue absurda la pretensión de cuestionarla por haber nacido en Minatitlán, cuando tiene toda una vida en Xalapa, igual que la crítica por su pertenencia partidista, de cuyos errores y aciertos ella no puede hacerse cargo, así como querer increparla ligando su imagen a la del ex Alcalde Hipólito, a quien denigran, siendo obvio que éste no tiene nada que ver, más allá de la amistad, con la conducción y los compromisos de la administración que encabezará Daniela. Fue una decepcionante sorpresa que cierto candidato, neo político, utilizara el juego sucio contra la candidata que, desde hace un par de meses, al menos, liderea las preferencias electorales en nuestra ciudad de las flores. En la línea de desfiguros hay que incluir los ridículos y desfasados señalamientos de presuntos fraudes; restaron seriedad a ciertas candidaturas, que perdieron tiempo y espacios para dar a conocer su imagen y propuestas. Daniela, hizo todo lo contrario: coordinó una campaña austera, libre y territorial; sin derroche, sin coacción a empleados públicos ni a taxistas, recorriendo las calles y visitando casa por casa.

Por su trayectoria, formación y experiencia la mejor e ideal opción para ser la presidenta de Xalapa es Daniela. Confió en que conciba y encabece un gobierno abierto, transparente, plural, visionario, social, profesional, promotor, ciudadano y moderno. Como buenos xalapeños ahí estaremos para apoyar y, en su caso, señalar las fallas y desviaciones. Para Daniela, en este nuevo y apasionante reto, la palabra clave es cumplir. Lo logrará.

Recadito: nocivo el papel de algunos membretes y de mercenarios en esta campaña municipal.

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