Cultura

AUTOESTIMA ES CLAVE PARA EL FORTALECIMIENTO MENTAL

AUTOESTIMA ES CLAVE PARA EL FORTALECIMIENTO MENTAL

UNO MENOS

Por Salvador Farfán Infante

Hola, hoy llegamos a las conclusiones finales de este gran tema que nos obliga a estar alertas con nuestros niños y jóvenes, para que crezcan fuertes y conscientes que las adicciones los llevan por un camino que ni ellos quieren y a los papás nos ayudará a evitar grandes problemas con nuestros hijos.

Espero que hayan estado guardando esta serie de AUTOESTIMA, reciban un saludo a todos los lectores, saludos. Y esperen que en las próximas semanas estaré compartiendo algunas técnicas para fortalecer la Autoestima.

Conclusiones:

La autoestima incluye un respeto amoroso y cuidado digno por uno mismo y por los demás. Como se ha comentado en este capítulo, existen diversos componentes que participan en la estructuración de lo que podemos denominar una buena autoestima; sin embargo, con propósitos prácticos y para el objetivo que se pretende alcanzar con estas reflexiones, a continuación se enuncian los aspectos más relevantes y prácticos que pueden llevarse a cabo de forma diaria como un factor de protección y, al mismo tiempo, promotor de una mejor salud física y mental.

Confianza. Comienza en etapas tempranas de la vida y se apoya en la forma en que fuimos tratados por nuestros familiares. Es muy importante mencionar que la mayoría de las veces hacemos interpretaciones infantiles erróneas sobre el trato que recibimos de nuestros padres. En el transcurso del tiempo, y siempre con una actitud de reflexión, podemos darnos cuenta de que en la infancia recibimos lo mejor que pudieron ofrecernos nuestros padres. Si no nos dieron más se debe seguramente a que no tenían los recursos y la educación suficientes, pero no a que  no nos amaran lo bastante. Reconstruir la confianza en nuestros familiares y en las personas que están a nuestro alrededor reforzará nuestra habilidad para sentirnos más seguros.

Identidad. Es un componente fundamental en la existencia humana. Saber quiénes y cómo somos ha sido una de las tareas más laboriosas en la historia de la humanidad. Si bien la identidad tiene múltiples componentes podemos darnos cuenta de que pertenecemos a un grupo social y, en consecuencia, tenemos una identidad social. A través de la reflexión constante −que debemos practicar diariamente− también podemos apreciar cómo somos: violentos, inquietos, irritables, tranquilos, pacíficos, tolerantes, o bien, que con frecuencia pasamos de un extremo al otro. Recordemos entonces que la autoestima es un proceso continuo y cambiante en cada una de las etapas de nuestra vida, pero si nos ocupamos de nuestro crecimiento personal, siempre identificaremos ideas y comportamientos individuales que nos permitan mejorar.

Autonomía. Se adquiere mediante el ejercicio continuo; es decir, identificando la dependencia que tenemos de otras personas o de ciertas situaciones de la vida diaria. En estos casos, el ejercicio continuo consiste en lograr poco a poco un mayor nivel de independencia en nuestra relación con los demás, en el trabajo, en la toma de decisiones y de una manera concreta: cuando no dependemos de otros, pero mantenemos con ellos relaciones afectuosas e importantes con cierta regularidad.

Intimidad. La intimidad se encuentra estrechamente relacionada con lo que llamamos identidad y de la que adquirimos el conocimiento de pertenencia; consecuentemente, la intimidad es la habilidad que tenemos para relacionarnos con los demás y también la capacidad para establecer límites en esas relaciones de cercanía. En otras palabras, es muy importante una relación afectuosa y de cariño con nuestros familiares y con las personas que están a nuestro alrededor, pero también es primordial saber mantener nuestra autonomía y establecer límites en nuestras relaciones de interdependencia con los demás.

Respeto. Cada uno de nosotros tiene la capacidad de aprender, primero, a respetarse a sí mismo y luego, a los demás, particularmente si ponemos atención a nuestras convicciones y toleramos, en el buen sentido de la palabra, la forma de pensar de otros. El respeto también forma parte de los valores que aprendemos en el transcurso de nuestra vida. Cada uno de nosotros tenemos ciertas características y cualidades que nos hacen singulares, por ello, es importante insistir en que en nuestra vida cotidiana, quehacer profesional y trato con los demás, debemos aprender a reconocer el valor de cada persona, a apreciar y respetar sus diferencias e individualidad, a callar ante la provocación y a estar conscientes de que es más importante ser cada día mejor que ganar más.

Fuente: Habilidades para la vida. “Centros de Integración Juvenil”

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