Opinión

UN GOBIERNO DESAPARECIDO

Pedro Peñaloza

“Pienso que todos estamos ciegos.

Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran”.

José Saramago

El gobierno que encabeza Claudia Sheinbaum resultó muy “sensible” ante las recientes declaraciones de integrantes del Comité contra la Desaparición Forzada, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que planteó diez puntos para garantizar los derechos de los familiares de las víctimas y la prevención indispensable.

Inmediatamente, en un documento firmado por la Secretaría de Relaciones y la de Gobernación, contestaron: “el gobierno mexicano no consiente, permite u ordena la desaparición de personas como parte de una política de Estado”.

La respuesta es ridícula e incoherente en varios sentidos. Los redactores no cuidaron el contenido del comunicado. Cómo decir que el gobierno “no consciente” y “no permite” estos ataques, cuando los números muestran que en el régimen morenista no han parado las desapariciones: en 2022, hubo 24 mil 352; en 2023 llegó a 31 mil 367; para 2024, la cifra se elevó a 33 mil 228 casos; y, en 2025, se tienen reportados 7 mil 684, de los cuales 196 han sido localizados sin vida (El Universal, 6/4/25, p.6).

Si el Estado Mexicano no permite y no consciente las desapariciones, entonces qué papel juega. La impunidad, la complicidad y la falta de políticas públicas integrales son elementos centrales que han favorecido el disparo de este fenómeno.

Lo que no hay es una política de Estado para tratar de evitar las desapariciones y garantizar su búsqueda. De acuerdo a datos oficiales 127 mil personas fueron reportadas como desaparecidas. Rosa Isela Rodríguez, Secretaria de Gobernación, evidenció el desinterés en el tema, cuando afirmó que, “no hay una cifra exacta del número de desaparecidos” (La Jornada, 7/4/25, p.1).

Entonces, ¿a qué se dedicó estos 6 últimos años cuando fue Secretaria de Seguridad Pública? Muy sencillo, obedeció las órdenes de López Obrador, quien declaró que, “reunirse con las madres buscadoras era politiquería y publicidad” (El Financiero, 31/7/23). Qué patética ironía, ahora, la ciudadana Rodríguez, se pone una nueva máscara para reunirse con ellas.

La realidad de las desapariciones les estalló en la cara al grupo gobernante y no saben qué hacer más que malabares políticos y legislativos. En su desesperación, llegan al extremo de pedir la renuncia del presidente del Comité Contra la Tortura de la ONU. Ningún dictador se había atrevido a semejante primitivismo.

En concreto, la presidenta nunca tuvo un diagnóstico del fenómeno de las desapariciones. Su mirada es simplemente militarista y de inflación penal. Por eso, son un gobierno desaparecido ante el reclamo de las víctimas. Arde el país.

@pedro_penaloz

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