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EJECUTAN A 11 EN GUERRERO; FISCALÍA ALTERA LA ESCENA

Vicente Flores Hernández                         

Agencia Reforma

Chilpancingo, México 8 noviembre 2024.- Once cuerpos desmembrados envueltos en bolsas fueron abandonados en la batea de una camioneta estacionada en el Parador del Marqués, a un kilómetro de la Fiscalía estatal.

Los restos son de comerciantes que habían sido plagiados por el grupo criminal «Los Ardillos». La camioneta fue estacionada la madrugada de ayer con la marcha prendida, las luces encendidas y las llaves puestas.

Policías ministeriales no aislaron la escena del crimen, sino que tomaron la camioneta Silverado color blanca, con placas HAY-988 y reporte de robo, y la condujeron a las oficinas de la Fiscalía.

En medio de acusaciones de nexos de autoridades con «Los Ardillos», los ministeriales trasladaron el vehículo con los 11 cuerpos, sin permitir peritajes, reconstrucción del hallazgo, la búsqueda de indicios criminales y revisión de huellas digitales.

«El Ministerio Público tiene la obligación de hacer las cosas de manera cronológica, primero el reconocimiento de los hechos, si se salta un paso esto provoca nulidad de actuaciones, eso pasa muchas veces, que el Ministerio hace una mala investigación y los abogados se aprovechan», expuso un abogado que tuvo conocimiento del hecho.

Las deficiencias en la indagatoria, como violaciones al debido proceso, facilitarían la impunidad de criminales.

La camioneta, con placas de Guerrero, fue encontrada casi a la media noche del miércoles sobre el Parador del Marqués, con las víctimas desmembradas en la batea, entre ellas al menos 4 menores de edad y dos mujeres.

De entre las víctimas identificadas hasta ayer están Raymundo Santos Francisco, de 13 años; Abraham Reyes Cayetano, de 15; Ángel Barrera Millán, de 13; Clara Francisca Cabrera, de 30 años, y Flor Itulia Cabrera Sánchez, de 53 años.

Ninguna autoridad informó más sobre las otras seis personas asesinadas, todavía sin identificar, y otras seis del grupo que no han sido localizadas.

Hace dos semanas, se reportó que 10 comerciantes decidieron salir entre el 21 y 22 de octubre hacia las zonas vecinas de Chilapa y Quechultenango, pero desaparecieron; 5 días después, siete de sus familiares fueron a la zona para buscarlos, pero también los plagiaron.

«Ya estamos desesperados, no hay rastros de ellos y le pedimos a la gente que las tiene, que nos los regrese», manifestó Laura Moyao Zúñiga, familiar de uno de los desaparecidos, a inicios del mes durante una protesta.

Pese al reforzamiento de la vigilancia militar en la capital estatal, luego del asesinato y decapitación del Alcalde de la Alianza (PRI-PAN-PRD), Alejandro Arcos, en los últimos dos días la violencia en la entidad ha dejado un saldo de 25 asesinatos, cuatro de ellos en Acapulco.

‘No hacían un mal a nadie’

Once de los 17 comerciantes desaparecidos de la comunidad de Chautipan, en la capital de Guerrero, fueron hallados desmembrados en la batea de una camioneta, luego de más de dos semanas sin saber de ellos.

Desde hace 10 años, los habitantes de Chautipan son empleados de un empresario de Chilpancingo que les da trastes para que los vendan en localidades de los municipios de Quechultenango y Chilapa.

A pesar de que esa zona es conocida por su alta peligrosidad, debido a la presencia del grupo criminal de «Los Ardillos», habitantes de Chautipan aseguraron nunca haber tenido problemas hasta ahora.

«Ellos sólo iban a vender la mercancía para ganar un dinero que le daba un señor que les daba los trastes; no hacían un mal a nadie», apuntó un familiar de Diego Alfonso Francisco Sacristán, uno de los desaparecidos.

Muchas mujeres que llegaron al Semefo salieron con la cabeza agachada y utilizando cubrebocas después de identificar los cuerpos.

Según lo expuesto, las desapariciones fueron paulatinas. El 21 de octubre salieron de su comunidad cuatro, al día siguiente seis más.

Debido a que ninguno de los 10 regresaba y tampoco contestaban las llamadas telefónicas, el pasado 27 de octubre, siete de sus familiares salieron de la comunidad y se trasladaron a Chilapa y Quechultenango para buscarlos, pero ellos tampoco volvieron.

El 1 de noviembre, 300 personas de Chautipan protestaron en la FGE para exigir la búsqueda de los comerciantes desaparecidos.

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