PROGRAMAR GASTOS DE VACACIONES EVITA DEUDAS INNECESARIAS
• Jorge Alonso Bustamante Torres dijo que, sin planificación de las erogaciones ni un ingreso estable, se complica la condición económica
Salir de vacaciones sin planear implica para los mexicanos de bajos ingresos gastar el equivalente a una o dos quincenas de recursos que no se tienen, por lo que se corre el riesgo de aceptar créditos con altas tasas de interés, sin darse cuenta que las deudas son como bolas de nieve en la economía familiar, alertó en entrevista el académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, Jorge Alonso Bustamante Torres.
El economista explicó que según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2021, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, en el país gastamos en promedio 10 por ciento de los ingresos en esparcimiento y educación.
Las familias con mayores ingresos tienen la posibilidad de no endeudarse para llevar a cabo sus vacaciones, pero para salir adelante en el momento las de ingresos medios o bajos suelen aceptar créditos con elevados intereses que ofrecen las instituciones bancarias tradicionales o las nuevas plataformas difundidas a través de redes sociales.
El investigador acotó: Si no hay una programación de los gastos y tampoco un ingreso estable a lo largo del año, entonces eso puede complicar el panorama y aumentar nuestra deuda.
El también profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional aclaró que es necesario comprender que quienes se encuentran en los niveles económicos menos favorables no pueden organizar de mejor manera, toda vez que en numerosos casos sus ingresos son volátiles, con empleos informales, donde los recursos no son siempre los mismos.
A decir de Bustamante Torres, una de las causas de esta falta de preparación es porque hay un desfase entre lo que se espera gastar y lo que se destinó, con mayor razón cuando se tiene acceso a bancos que son de nicho, es decir, si bien otorgan crédito a las clases más pobres la realidad es que cobran una tasa de interés demasiado costosa, por el riesgo que implica cobrarles.
En este esquema, consideró, los mexicanos somos buenos pagando y eso se demuestra en la mora, un índice que calculan los bancos en términos de la cartera vencida y mide la salud crediticia de la gente que pide prestado. Actualmente es de 3.31 por ciento y no representaría ningún riesgo.
Para el economista es necesario que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores regule también a las “nuevas” instituciones bancarias que se anuncian principalmente por las redes sociodigitales, las cuales si bien son alternativas al sistema bancario convencional dan acceso al crédito caro. De esta manera, la deuda sigue creciendo y ahora se debe pagar más por algo que compró hace tiempo.
También se debe propiciar mayor competencia entre las instituciones financieras para que reduzcan sus tasas, porque en general lo que se paga en México por el crédito al consumo es el doble en comparación con Estados Unidos o Europa, afirmó el universitario.
Fuente UNAM