ABANDONAN PROGRAMA DE TEATRO ESCOLAR
Yanireth Israde
Agencia Reforma
Ciudad de México 24 junio 2024.- Aunque el INBAL aseguró en noviembre pasado que reanudaría su Programa Nacional de Teatro Escolar (PNTE), interrumpido por la pandemia, permanece sin reactivarse.
«Yo, y cientos de personas, escuchamos al Coordinador Nacional de Teatro (de la dependencia), Daniel Miranda, anunciar con bombo y platillo en la Muestra Nacional de Teatro en Guadalajara la recuperación del PNTE.
«La convocatoria debía haber salido en marzo, máximo abril. Estamos en junio y no hay ni para cuándo salga, con lo cual la afectación no sólo es para los artistas, sino para los miles de niños que debieron haber sido beneficiarios del programa», dice en entrevista el dramaturgo Jaime Chabaud.
La última convocatoria del PNTE, que consiste en funciones de teatro para estudiantes presentadas por compañías profesionales en recintos de cada entidad del País, se emitió en 2019. Antes de la interrupción en la pandemia, tenía un carácter anual.
«Se supone que el anuncio que se hizo el año pasado partía de una certeza de suficiencia presupuestaria, y nos estamos topando con que alguien en alguna parte frenó todos los procesos. No sería raro suponer que esa orden ha salido de la Secretaría de Cultura federal y no de la dirección del INBAL», considera Chabaud, Premio FILIJ de Dramaturgia El Mejor Teatro para Niños 1999 por la obra Sin pies ni cabeza.
Paradójicamente, el mismo Gobierno Federal reconocía en 2019 que el programa representaba «una de las políticas culturales más importantes en materia de arte y educación, debido a que acerca a una gran cantidad de niños, niñas y adolescentes a la creación teatral, con la intención de que no sólo se produzcan obras a las que se tenga acceso como espectadores, sino también que la formación y creación escénica pueda ser parte de la vida de las escuelas».
Lo anterior se leía en un comunicado institucional del 23 de febrero de 2019.
Chabaud advierte que no basta con reclamar, sino que debe exigirse información respecto al destino de los recursos previstos para esta iniciativa.
«Y que se informe cuándo va a salir esta convocatoria, lo cual debe suceder en el ejercicio fiscal 2024, antes de que termine esta gestión, el primero de octubre», apremia el dramaturgo.
«Es decir, tendría que salir ya esa convocatoria y tendría que fluir el dinero de manera vertiginosa para que puedan armar sus producciones las compañías teatrales seleccionadas, para que desde los primeros días de septiembre entre en operación el Programa Nacional de Teatro Escolar, con todo vigor, en los 32 estados de la República. De otra manera, alguien ha cometido ahí un fraude brutal o están haciendo otra vez subejercicios».
Hasta 2019, el PNTE dispuso de un presupuesto de 485 mil 250 pesos para la producción, honorarios y funciones de una sola puesta en escena, derechos de autor, gastos y honorarios de un asesor y materiales de difusión.
«Éste es uno de los programas más nobles que ha existido desde hace décadas», subraya Chabaud.
«Se trata de llevar a los niños a un teatro, que entren por primera vez en sus vidas a un teatro, porque la gran mayoría, más del 98 por ciento, nunca ha pisado uno. Eso se vuelve profundamente entrañable, porque queda una marca, una huella para siempre en esos niños que se han acercado al arte por primera vez».
Michelle Guerra, directora del Colectivo de Teatro en Espiral, seleccionado para el PNTE en 2016 coincide, también en entrevista, con Chabaud.
«Hoy por hoy es el programa más noble que tiene la institución en cuanto al acercamiento y la profesionalización del teatro para las jóvenes audiencias. Es una lástima que no se le haya dado la prioridad, sobre todo después de la pandemia», dice.
La creadora, de Baja California, galardonada en 2011 con el Premio Estatal de la Juventud por su labor en talleres con niños y maestros de educación básica, destaca la relevancia del PNTE en ciudades como Ensenada, donde difícilmente aplican las temporadas teatrales por la escasez de foros -y los que existen no manejan esta modalidad- y donde también se dificulta que las compañías subsistan con su trabajo creativo.
«Y el Programa Nacional de Teatro Escolar, además de profesionalizar a la compañía que ofrece el espectáculo, también genera un sistema de participación tanto de la institución y las escuelas, como de los padres de familia o de maestros», puntualiza Guerra, quien recuerda a maestros que sufragaban el pago del camión para trasladar al teatro a las niñas y los niños a los foros, porque los tutores no disponían de suficientes recursos.
«Para mí, siendo alguien que vive en un estado muy lejano al Centro, este programa constituye una de las pocas oportunidades que tenemos de trabajo remunerado, pero también que nos apoya a generar este sistema entre la institución, el teatro y el público que está en las escuelas. Ciudades como Ensenada, Tecate o Mexicali no tienen programas semejantes y es la única oportunidad para las escuelas de ir al teatro», señala.
Es lamentable la cancelación del programa, pondera también la dramaturga y directora de escena Valeria Fabbri.
«Creo que el arte es una forma muy potente de educar a las personas, de sensibilizar, más que educar. Y cuando México empiece a ver al arte como una necesidad del ser humano, va a cambiar», plantea en entrevista.
Fabbri, quien recientemente estrenó la obra Pez globo dedicada a las emociones en la niñez -comisionada por el Sistema de Teatros de la Ciudad de México- aboga por incorporar la experiencia teatral en la vida de las infancias, como lo hacen Países desarrollados.
No sólo se trata de ofrecer una cartelera para éste y otros públicos, previene, sino de políticas culturales que respeten derechos laborales de los artistas involucrados.
«Creo que nos falta un largo camino, pero es una muy buena iniciativa empezar a formar los públicos desde las infancias», pondera.
Ejercer ciudadanía
Acudir al teatro desde la infancia constituye no sólo una actividad de formación estética, sino también política, porque las niñas y los niños ejercen su ciudadanía, apunta Guerra.
«El teatro juega un papel muy importante porque pueden sentir que eso que les sucede en la vida también está ahí en la escena y los representa, los trastoca, los mueve. No es nada más una cuestión estética, también es una cuestión política, porque usan el espacio cultural como algo que les corresponde como personas, como ciudadanos», explica la también directora de la Semana de Teatro para Niñas y Niños Baja California Ray Garduño.
El teatro, resalta la directora, pedagoga, promotora y productora teatral, se transforma así en un espacio en el que las niñas y los niños pueden compartir y socializar sus vivencias cotidianas.
«Pueden también encontrar palabras y nombrar las cosas que les suceden, que les importan o que pueden ver incluso en otras personas.
«Lastimosamente, en nuestro País, hay temas que son importantes, urgentes de pronunciar y que a veces las niñas y los niños no tienen las palabras, o que en su entorno familiar son tan normales que ya no las sienten como diferentes».
Para las personas adultas, los proyectos de teatro enfocados en la niñez suponen pensar a la infancia como un agente activo en el aquí y en el ahora, subraya: «Las niñas y los niños no son futuro: son el presente».
…Pero sí fluyen ‘moches’
Mientras el PNTE permanece en suspenso por parte del INBAL y sin claridad sobre su futuro, las alumnas y los alumnos de varias escuelas del País acuden al funciones teatrales a cambio de puntos para sus calificaciones, una práctica que cuestiona Chabaud.
«Hay hasta negocios de teatreros sin escrúpulos que hacen uno de los peores teatros del País, hacen muy malas obras, pero le dan mochada a los maestros, a los supervisores de la SEP (Secretaría de Educación Pública), etcétera, y eso sí fluye porque les dan puntos a los chicos. Los papás pagan las entradas y los que organizan les dan su parte a los maestros.
«Ni siquiera te diría que está mal ese esquema si no estuviesen haciendo, en la gran mayoría de los casos, un teatro deplorable», advierte Chabaud.