LA CRISIS HÍDRICA DEBE ESTAR PRIMERO EN LA AGENDA POLÍTICA
· Las universidades, determinantes en la concientización de la sociedad
· Se está generando una situación muy crítica en la que el agua se puede convertir en un factor definitivo para la paz: Gabriela Jiménez, del IE
Daniel Robles
Con un llamado a generar conciencia sobre la crisis hídrica que enfrenta el planeta y la crítica situación que viven millones de personas ante la escasez de agua potable, mañana 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua bajo el lema “Agua para la paz”, como una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que surgió en 1993 en el marco de la conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo.
En esta ocasión, la ONU considera que cuando el agua escasea, está contaminada o las personas tienen un acceso desigual o nulo al vital líquido, pueden aumentar las tensiones entre comunidades y países.
Al respecto la investigadora y responsable del Departamento de difusión del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, Gabriela Jiménez Casas, comentó que estamos muy lejos de cumplir con los objetivos para el desarrollo sostenible, planteados por la ONU para la agenda 2030 y se está generando una situación muy crítica en la que el agua se puede convertir en un factor determinante para la paz.
“Es un elemento fundamental para tener paz entre los pueblos y entre las comunidades, por lo que se requiere tomar acciones más enérgicas y programas más eficientes que permitan atender la emergencia, asumiendo compromisos en comunidad y no sólo de manera individual, antes de que la situación se torne más peligrosa por la escasez del vital líquido.”
Asimismo, dijo que dentro de las acciones a realizar para cuidar el agua se tienen que retomar las campañas mediáticas que, en su momento, tuvieron un gran impacto para concientizar a la gente sobre la gravedad del problema y que todo mundo tenga claro que la situación va en serio.
Indicó que además de las tareas individuales que se pueden tomar para el cuidado del agua, se deben considerar otras áreas y tareas colectivas como el reciclado y manejo adecuado de la basura para evitar la contaminación de los mantos freáticos en el subsuelo, la recolección de agua de lluvia o el uso y tratamiento de aguas residuales para evitar que las grandes industrias sigan utilizando agua potable en sus procesos de producción.
Multas
Jiménez Casas se pronunció en favor de implementar las llamadas multas aplicables a aquellas empresas cuya actividad productiva esté ocasionando algún tipo de daño en el ecosistema y que los montos de las sanciones sean realmente elevados y ejemplares de tal forma que se respeten las normas.
La también académica señaló que las universidades tienen un papel determinante en el proceso de concientización de la sociedad sobre la problemática del agua; en ellas se debe aprovechar todo el entusiasmo de las y los jóvenes, quienes tienen mucho que decir y aportar para generar propuestas novedosas y soluciones creativas en este asunto que es de enorme relevancia social.
Resaltó que la crisis del agua es un tema que debe estar en el primer lugar de la agenda política de cualquier país y una de las batallas que se tienen que librar desde las universidades es hacerse escuchar por los gobernantes con propuestas claras y efectivas aplicables por todas las naciones para una solución global.
De acuerdo con datos de la ONU, más de 3,000 millones de personas en todo el mundo dependen del agua que atraviesa las fronteras nacionales. Sin embargo, sólo 24 países tienen acuerdos de cooperación para todos los recursos hídricos que comparten, la recolección de agua de lluvia.
A medida que aumentan los impactos del cambio climático y crece la población, existe la necesidad apremiante, dentro de los países y entre ellos, de unirse para proteger y conservar nuestro recurso más preciado.
Hoy en día, la salud pública y la prosperidad, los sistemas alimentarios y energéticos, así como la productividad económica y la integridad ambiental, dependen del buen funcionamiento y la gestión equitativa del ciclo del agua, advierte Naciones Unidas.
FUENTE: UNAM