QUITAN AL BOLA #8 PARA RATIFICAR LA VOLUNTAD DE AMLO DE IMPONER A NAHLE
Por Edgar Hernández*
Este arroz ya se coció.
Más que cantada quedó la jugada de López Obrador en favor de Roció Nahle, a quien despeja el camino rumbo a la candidatura cuyo destape previsiblemente suceda en noviembre próximo.
“Dos Bocas” y los 24 mil millones de dólares que se gastaron quedarán de lado, al igual que su deshonestidad y oriundez.
De lo que se trataba era armonizar con los de dentro. De someter a la chairiza desbordada y tener bajo control al atarantado de Cuitláhuac García quien perdió el control del juego sucesorio luego de entregar las correas de mando a Eric Cisneros, quien ya se sentía el rey de los negros.
La segunda admonición presidencial sucedida ayer en la mañanera en contra del aún secretario de Gobierno, Eric Cisneros, no fue más que consecuencia de toda una estrategia para allanarle en camino a la señora Nahle.
Un camino que se vio entorpecido por la propaganda desmesurada del Bola #8 que solo sirvió para confundir a la militancia morena y a los mismos de casa convencidos que por la deshonestidad y malas cuentas entregadas por la zacatecana sería apartada.
Fuera el Bola #8, aplastados los pálidos disidentes como Sergio Gutiérrez Luna, Manuel Huerta y Ahued, quien transitaba en la sordina escondido en los baches, Rocío queda arropada.
Los protagonistas con nuevo disfraz los encabeza el primo hermano de Cuitláhuac, Eleazar Guerrero, el inquieto diputado Juan Javier Gómez Cazarín y el amo del dinero José Luis Lima Franco.
La Nahle está feliz.
Luego de la jugada presidencial de ayer quedó realizada, sueña en gobernar una tierra que no es suya.
No considera el hartazgo ciudadano contra Morena, le vale madre lo que piense la ciudadanía sobre su honestidad… ¿Qué no tiene programa ni plan de acción? ¡Que importa!
En su escenario tampoco contabiliza que no es veracruzana, que solo es conocida en el sur de la entidad -por su mala fama y deshonestidad- y que no cumplió encomiendas que han provocado un serio quebranto al erario como lo es “Dos Bocas”, que no arroja más que desilusiones.
Lo que sí trae es la paca.
Ríos de dinero buscarán comprar conciencias y voluntades para inclinar la elección en su favor.
Difícil, sin embargo, luchar contra la voluntad de todo un pueblo, el veracruzano harto de las ocurrencias y las pataletas del gobernante saliente, de su deshonestidad, del incumplimiento de los planes de gobierno y, fundamentalmente, de la ausencia de seguridad pública.
La gente ya no quiere más de lo mismo.
Anda en busca de un candidato ciudadano que llene sus expectativas y lleve a Veracruz por el camino de la honestidad y buen gobierno.
Hoy urge la reactivación de la economía y el fortalecimiento de las finanzas, no los subejercicios, la trasparencia en la obra pública y acaso lo más simple que se ha vuelto una complejidad, la asistencia social y médica y el abasto de medicinas.
El próximo destape de Rocío Nahle llena de alegría a la oposición partidaria ya que dará lugar a la selección de un candidato idóneo, un candidato ciudadano que ame, no a Zacatecas, sino a Veracruz, un candidato honesto que luche en las urnas contra una candidata deshonesta.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo