EMOTIVO HOMENAJE AL COMPOSITOR VÍCTOR RASGADO EN LA SALA MANUEL M. PONCE
EMOTIVO HOMENAJE AL COMPOSITOR VÍCTOR RASGADO EN LA SALA MANUEL M. PONCE
- Reconocen su legado en las nuevas generaciones con música sinfónica, conciertos, ballet, obras de cámara, electrónica, para instrumentos solistas y ópera
- El Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea, el Ensamble Siqueiros y el flautista Fernando Domínguez participaron en la velada musical
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura realizaron este domingo 2 de abril un sentido homenaje en el cual se reconoció la trayectoria y legado del compositor Víctor Rasgado, quien sin lugar a dudas influyó en varias generaciones de músicos, intérpretes y compositoras y compositores.
En la Sala Manuel M. Ponce, durante el Concierto/Homenaje, la directora general del Inbal expresó que la obra del maestro Víctor Rasgado cubre un amplio espectro a los géneros musicales que abordó en su catálogo: música sinfónica, conciertos, obras de cámara, electrónica y para instrumentos solistas.
“Sus óperas, dijo, no solo han sido representadas en México, sino también en países de Europa y Latinoamérica, y son claro reflejo, tanto de sus preocupaciones sociales, como en la desgarradora obra Paso del norte, la cual aborda el tema de la migración, hoy más vigente que nunca”.
Al agradecer a la familia del maestro, a doña Carmen Flores de Rasgado, a sus hermanos Héctor, Sergio, Alejandro, Luis, así como a Laura Ramírez Rasgado, y a María Cristina Gálvez, a quienes externó: “es un homenaje que hacemos a un gran compositor, a un gran ser humano, a un gran maestro, y a un gran amigo”.
Señaló que la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Inbal rinden este homenaje a Víctor Rasgado que, sin lugar a duda es una de las figuras más destacadas dentro del panorama de la música contemporánea de concierto de México y quien formó parte de una generación de notables compositores, compositoras, que sobresalen no solo por la calidad de su trabajo musical y artístico, sino por el interés y por la convicción de hacer un trabajo de difusión y promoción de la música mexicana.
Recordó que otra constante en la obra del compositor es la búsqueda por la integración de sus raíces en un lenguaje contemporáneo, como su famosa ópera infantil El conejo y el coyote, fruto de la colaboración con su entrañable amigo Francisco Toledo o Anacleto Morones, la cual le valió el premio italiano Orpheus en 1994, además de recibir otros importantes reconocimientos y distinciones: primer lugar en los concursos Iberoamericano de España en 1992, el Olimpia, en Grecia, en 1993, y el Alfredo Casella, en Italia, y la Medalla Mozart; además fue miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
En el homenaje realizado esta tarde del domingo 2 de abril, la titular del Inbal señaló que este homenaje es un compromiso para continuar con la investigación, la documentación que impulsa a la interpretación de la música del maestro Rasgado, porque eso entrañará la continuidad de su legado.
Por su parte, Rodrigo Valdez, exalumno y compositor, compartió algunas anécdotas y vivencias con Víctor Rasgado, y reconoció que “además de asesorarme en la creación musical, también me enseñó a realizar gestión cultural, a preparar proyectos para solicitar apoyos y becas, a conseguir dinero y a cobrar por mi trabajo”.
Refirió que con él realizó una labor integral que abarca todos los ámbitos de la vida cultural “y sin embargo considero que lo más importante que me legó es enseñar con el ejemplo de vida, a poner al estudiante como lo más importante en el aula para ayudarle a encontrar su voz mientras se genera un buen ser humano.
“Hoy, dijo, no me he querido centrar en el compositor, sino en el maravilloso ser humano que nos ha dejado una persona de increíble sensibilidad, que ayudó a cientos de jóvenes a prosperar en la vida, Víctor Dagoberto Rasgado Flores era un auténtico tlamatinime”.
En tanto, el clarinetista Fernando Domínguez coincidió que Víctor Rasgado era una persona que no solo se dedicaba a su propia música y su desarrollo como compositor, sino en enseñar. Y sacó a colocación que dirigió el Taller de Composición en San Agustín Etla, y también los talleres para jóvenes intérpretes en Tlahuitoltepec, en Oaxaca. “Es una muestra de que era una persona sumamente generosa y que entendía que educar, compartir y enseñar era una labor fundamental de su trabajo y eso se lo agradezco a Víctor”, agregó.
Al referirse a la primera obra del concierto (Canticum Paradisus,), hizo alusión que la escribió apenas en noviembre pasado y es un solo para clarinete bajo, la cual forma parte de una serie de obras que Víctor Rasgado estaba haciendo, inspirada en el canto de unas aves del paraíso.
En el concierto homenaje interpretaron Revuelos, a cargo del ensamble Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea (Cepromusic), integrado por Diego Velázquez, trompeta; Juan Gabriel Hernández, percusión; Abraham Parra, percusión; Gonzalo Gutiérrez, piano, y Alejandro Motta, contrabajo.
La tercera obra, Canción de cuna, inspirada en un poema de Federico García Lorca, participaron Encarnación Vázquez, mezzosoprano, y Mauricio Náder, al piano; así como Tres Epigramas (1999), Ostinato, Evocación y Frenesí, con el clarinetista Fernando Domínguez.
La última pieza, Letanía (2015), estuvo a cargo del Ensamble Siqueiros, con Abel Romero, violín; Luz del Carmen Águila, violonchelo; Fernando Domínguez, clarinete, y Mauricio Náder, piano.